Cómo desarrollar una sólida cultura de ciberseguridad

Por qué la cultura es el terreno fértil, no la valla
Seamos sinceros: cuando la mayoría de la gente oye “formación en ciberseguridad”, desconectan más rápido que un PC con Windows 98.
Pero aquí viene lo importante: el 74% de las brechas de datos siguen implicando un factor humano, ya sea por ingeniería social, errores o uso indebido, según el DBIR 2023 de Verizon. No se trata solo de una estadística: es un letrero de neón parpadeante que apunta a la importancia de una cultura de ciberseguridad.
Si quieres que tus herramientas de seguridad sirvan para algo más que acumular polvo y alertas, necesitas algo más profundo, algo humano.
Necesitas una cultura centrada en la seguridad. Y como cualquier cultura, no surge de la nada. Se cultiva.
No asumas que conocimiento = preparación
Todos hemos pecado alguna vez de pensar “esto ya lo sabe todo el mundo”. MFA, estafas de phishing, gestores de contraseñas... ¿acaso no son cosas básicas? Pues no tanto.
Un informe de Tessian reveló que el 43% de los empleados ha cometido errores en el trabajo que comprometieron la ciberseguridad. La mayoría lo hizo porque estaban cansados, tenían prisa o no comprendían el riesgo.
Tu equipo no ignora la seguridad por malicia: simplemente no tiene la mentalidad de los atacantes.
Así que, en lugar de repetir la misma formación aburrida y orientada al cumplimiento una vez al año, prueba con:
- Simulaciones de phishing realistas (mejor si tienen un toque de humor)
- Formación adaptada a cada rol (finanzas ≠ desarrolladores ≠ RRHH)
- Refuerzo mediante microlearning (lecciones cortas y fáciles de digerir)
- Gamificación para que aprender sea divertido y motivador
Haz que la formación deje de ser un trámite y se convierta en una conversación.
Vincula la seguridad a resultados de negocio, no al miedo
El problema de recurrir al miedo es que, con el tiempo, pierde efectividad. Tu equipo ya sabe que existen amenazas. Lo que necesita es entender por qué debe importarle y cómo le afecta en su día a día.
- El equipo de ventas debe comprender cómo unas malas prácticas de seguridad pueden retrasar acuerdos.
- El equipo de producto debe saber que el diseño seguro desde el inicio genera confianza a largo plazo.
- Los departamentos de RR.HH. deben ver cómo la incorporación y la salida seguras protegen los datos confidenciales.
- Finanzas debe entender cómo unas malas prácticas de seguridad aumentan el riesgo y los costes.
Vincular la seguridad a objetivos reales del negocio —confianza, agilidad, crecimiento— la convierte en una responsabilidad compartida, no en “algo del departamento de TI”.
Activa a tus defensores del día a día
Tus mejores defensores en ciberseguridad puede que no estén en tu SOC, probablemente estén en marketing, atención al cliente o en operaciones. Son esas personas que preguntan “¿Debería abrir esto?” en lugar de hacer clic sin pensar. Ellos son tus defensores cotidianos.
Ponles un nombre. Reconócelos. Dales poder.
Crea un programa sencillo de embajadores de la seguridad:
- Reuniones mensuales con el equipo de TI/seguridad
- Acceso anticipado a nuevas herramientas/procesos
- Menciones especiales por detectar actividad sospechosa
La cultura se difunde a través de las personas, no de las políticas. Así que dale un altavoz (y quizás un taza) a quienes la llevan consigo.
Haz que sea algo vivo, no una política cerrada
La cultura no es estática. Las amenazas, tampoco. Lo que funcionaba el año pasado puede no servir hoy.
En lugar de encerrar todo en un PDF de 40 páginas, apuesta por la agilidad:
- Revisa y actualiza las formaciones cada trimestre
- Controla de forma periódica los permisos y accesos
- Anima a los empleados a dar feedback sobre lo que funciona (y lo que no)
Cuando el equipo percibe que la seguridad evoluciona con ellos —y no solo se les impone—, es mucho más fácil mantener su compromiso.
Reflexión final: la cultura es el suelo, no la valla
Puedes tener el mejor firewall, la protección endpoint más avanzada y las herramientas de seguridad en la nube más sofisticadas del mundo. Pero si tu equipo no comprende la seguridad —si no piensa con mentalidad de seguridad—, tu empresa seguirá siendo vulnerable.
Construir una cultura orientada a la ciberseguridad no significa alcanzar la perfección.
Significa sembrar los valores adecuados, cultivar la confianza y proteger lo que importa… juntos.
¿La buena noticia? No necesitas tener “buena mano” —solo compromiso, constancia y la convicción de que la cultura es tu mejor activo en seguridad.
¿Quieres reforzar los cimientos de tu ciberseguridad? Empieza por cuidar tu cultura interna —con cada conversación, con cada embajador, con cada lección.
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